Más allá de la incertidumbre que rodea al mercado turístico, los hoteles, los chiringuitos… Está la hostelería de barrio, la de todos los días, la de toda la vida.
En ese contexto encontramos el bar restaurante Triana, un establecimiento señero de Miraflores, de esos donde el camarero sabe a qué hora llegan normalmente sus clientes y lo que van a pedir, y les saludan por su nombre.
En La Entrevista de marbellahoy.es, Abraham Morales cuenta cómo han pasado estos meses de gran dureza, en los que las normas no paraban de cambiar de un día para otro y eso, en el mejor de los casos, pues también han sufrido la obligación de cerrar sus puertas en distintas fases de la pandemia.
Ahora miran al presente y al futuro con cierto alivio y esperanza. La situación parece mejorar y ahí están, como siempre, con sus desayunos, su buen menú del día; su carta completa de comida tradicional, para todos los gustos y bolsillos.
Pero la travesía ha sido compleja y el hostelero destaca la comprensión de su clientela. “La gente sabe bien lo que pasa y, en general, cumple las normas”, señala. Si acaso, ha sido más difícil sobrellevar los impedimentos para vender alcohol en determinadas franjas horarias, “muchos no lo entendían”, explica. Ello venden, y son un referente en el barrio, pizzas para llevar, y eso les ha dado un margen de actuación muy apreciado estos días.
De todas formas, establecimientos como el Triana son muy sensibles a la situación general de la economía, a la menor capacidad de gasto de sus clientes, mucho, golpeados por la crisis financiera que ha acompañado a la sanitaria.
Miraflores es un barrio sacrificado, duro, con identidad propia y Abraham, su familia y el Triana encarnan perfectamente esos valores. Siempre ha sido, y sigue siendo, un lugar auténtico y entrañable, donde se come muy bien y se pasa un buen rato, rodeado de los vecinos de toda la vida. El COVID, ni ha cambiado, ni va a cambiar eso.

Restaurante – Pizzeria TRIANA en pleno corazón del barrio de Miraflores