El equipo de Gobierno insiste en controlar la velocidad en el casco urbano mediante el uso de radares, que han sido o van a ser instalados en distintos puntos del término municipal, aduciendo que estarán en “puntos negros” por los altos datos de siniestralidad que presentan.
El concejal socialista, Javier Porcuna, ha llevado una moción al pleno ordinario de final de junio, planteando al Ejecutivo de Ángeles Muñoz que se replantease la medida y convocara mesas de trabajo para estudiar opciones alternativas. Para el edil del PSOE, la instalación de estos dispositivos tendría tiene “un fin meramente recaudatorio”, en una situación en la que “muchos ciudadanos se encuentran en una situación económica muy complicada”.
Para el concejal de Seguridad Ciudadana, José Eduardo Diaz, el planteamiento de los socialistas es “demagógico”. El edil del PP ha pedido «lealtad» y ha justificado la instalación de los radares aduciendo que se van a ubicar en “puntos negros”, donde se producen “muchos accidentes”. Por eso, han votado en contra de la moción.
Díaz ha dado algunos datos como que ha habido 40 accidentes y un fallecido en la circunvalación, aunque no ha especificado en qué periodo de tiempo. Tampoco ha concretado todas las ubicaciones. Al proponente, Javier Porcuna, le constan cuatro: avenida Cánovas del Castillo; la conocida como subida del Poli, entre el Pirulí y Vigil de Quiñones; la entrada a la ciudad por Severo Ochoa y la zona de El Ancón.