La Entrevista de marbellahoy.es propone esta vez un apasionante viaje al antiguo Egipto, de la mano de dos profesionales de Istán que llevan tres años participando en una ambiciosa excavación. Este trabajo está arrojando datos extraordinarios,que pueden afectar seriamente a muchos de los parámetros en los que está basada la historia de la civilización egipcia.
Salvador Naranjo reconoce que “parece que a veces exageramos, pero es una misión muy importante, en la que participamos un equipo de la Península y de Sudamérica. Es la tumba de un visir, en Luxor, muy cerca del Valle de los Reyes. Pero se trata de Amenhotep Huy, que fue visir en una época interesante y convulsa de Egipto, con dos faraones de la época, entre ellos el conocido Aquenaton”.
Y ahí entra la conexión con uno de los nombres más conocidos por la sociedad moderna, el famoso emperador Tutankamon. Y es que, según explica Salvador, “uno de los hitos más importantes es que, en la tumba hay cuatro columnas en las que se han encontrado jeroglíficos y en ellos viene expresado que fue visir de estos dos faraones y eso es muy importante porque puede cambiar la historia tal y como la conocemos hoy”
Lo que ocurre, cuenta el arqueólogo, es que “En Egipto, con cada Faraón empezaban a contar el tiempo de nuevo. El hecho de que exista esta convergencia, quiere decir que se solapan y hay que retroceder unos 14 años. Siempre se ha dicho que Akenaton era el padre de Tutankamon, pero con este hallazgo eso no encaja y se está empezando a pensar seriamente que Amenhotep III, que siempre se ha pensado que es el abuelo, sea el padre”.
Salvador comparte vivencias y trabajo en la excavación con Elisabeth Sepúlveda y esta vez también han compartido entrevista. Ella cuenta que “la campaña empieza en septiembre y terminamos en diciembre. Hay que levantarse muy temprano y trabajamos hasta el mediodía, porque allí el calor es tremendo por la tarde. Es un equipo completo, formado por arqueólogos, excavadores, arquitectos, grafistas…”.
En cuanto a los hallazgos, durante la charla Elisabeth desvela algunas interioridades y detalles de su trabajo. “Lo que hacemos los arqueólogos es descubrir lo que hay en la tumba, sacar el material que vemos, lo importante y lo que no, y luego los restauradores se encargan de ficharlo, documentarlo y ponerlo en valor”.
Y la verdad es que los resultados, como puede observarse en las imágenes que difunde el equipo de excavación, son espectaculares. “Nosotros que estamos acostumbrados a trabajar en España, cuando vamos allí y vemos los colores, nos quedamos asombrados La policromía impacta. Las momias están magníficamente conservadas. Como el clima es tan seco, eso ayuda mucho”.
La conversación aborda también los mitos y leyendas que rodean a la profesión de arqueólogo, las ideas equivocadas que, a menudo, están extendidas. Igualmente, las dificultades que atraviesan, vinculadas casi siempre a la financiación. En ese sentido, Elisabeth ha querido mandar un saludo afectuoso a dos entidades que les respaldan: el hotel Los Altos de Istán y el Ayuntamiento de la localidad.
