El bosque de las palabras
Acaban de concederle a mi compañera en Onda Cero Marbella, Concha Montes, un accésit en el vigésimo primer concurso de cuentos, “Ciudad de Marbella”, que patrocina la Fundación José Banús y Pilar Calvo.
Ella ha titulado su trabajo que en realidad es un biocuento pues está compuesto de biografía y cuento, o biografía de cuento, Once Calles: el olvido habita donde. Once escrito con número, ese de los dos unos.
No puedo decir que me haya sorprendido su lirismo, porque no, ni su sintaxis, porque no, ni el conjunto poético que subyace en un relato tan personal, crudo e incisivo. Y no puedo decirlo porque Concha Montes, mi compañera, es todo eso y mucho más, que ella misma aún no ha descubierto y de lo que los demás que habitamos a su alrededor sí sabemos.
Su biocuento tiene una sinceridad enternecedora. Una verdad simétrica. Una literatura, con la que nos cuenta sus procesos de vida, especialmente arrebatadora, que eleva su lenguaje al lenguaje radiofónico, que en realidad ha sido y es su lenguaje vernáculo.
Concha, Montes por su padre, García por su madre, dice el lenguaje y lo escribe para ser entendido, no a la pata la llana, sino con un quebranto irónico que nace de la propia naturaleza de esta mujer a la que los dioses no se atreven a contradecir, claro, ni tampoco a tocar con sus varitas mágicas.
Es por eso que tras las once calles por las que ha transitado aún piensa en transitar alguna más como retando, a las divinidades que le han negado el pan y la sal, a que eleven la dignidad de la mujer, de todas las mujeres, de esta mujer, a la categoría de semidiosa, pues Concha es diosa y Concha es humana. Diosa cuando enaltece el cosmos con su bonhomía y humana cuando la pasión arrebatadora de su temperamento, la dudan.
Mañana tu olvido habitará donde. Está bien si a ti te vale, pero seguro que ninguna de las personas que te hemos habitado te olvidaremos, y eso ya, querida amiga, es ser inmortal y en fin, ya sabes, la inmortalidad es cosa de dioses.
En esta edición del concurso el primer premio se le concedió a Juan Manuel Sainz Peña en la categoría de adulto por el cuento titulado: Lobos, y a Marta Guijarro Ruiz en la categoría infantil, por el titulado: La gallina Simona.
Finalmente quiero unirme a las felicitaciones a los premiados y, en especial agradecer a la Fundación José Banús y Pilar Calvo que con su intervención hacen posible que las vertientes de la cultura estén presentes en nuestra ciudad para ser asidas por todas las personas que la amamos.