El bosque de las palabras

Sé que el humano a pesar de que está dotado por la naturaleza de la capacidad de pensar, no es muy proclive a este ejercicio mental. No obstante les voy a pedir hoy un esfuerzo.
Plutarco en su obra Vidas Paralelas, en la que nos cuenta de Teseo, escribe de una galera de treinta remos y que los filósofos atenienses hasta la época de Demetrio Falereo estuvieron especulando sobre el siguiente asunto:
A la nave le quitaban maderas viejas y le ponían otras nuevas, entonces los filósofos argumentaban, unos, que la nave era la misma y otros que la nave era otra distinta.
A este argumento, para Plutarco argumento equívoco, lo llamaron Argumento Aumentativo.
En realidad el estudio de la lógica actual lo denomina Argumento Inductivo.
Pero veamos antes cual es el Argumento Deductivo: es aquel cuya conclusión deriva de manera necesaria de sus premisas. A esta propiedad exclusiva de este tipo de argumento se le denomina validez.
Digamos que la conclusión está incluida en las premisas. En realidad en la conclusión no hay información que nos interese. Un ejemplo:
Todos los burros rebuznan.
Perico es un burro.
Perico rebuzna.
Ahora veamos cual es el Argumento Inductivo: es el que, a partir de la observación de una cualidad específica en un número de individuos de una clase determinada, generaliza en la conclusión la cualidad o propiedad observada y la atribuye a todos los miembros de esa misma clase. Esta generalización vale tanto para los casos observados como para todos los no observados.
Bien, sabemos que en los argumentos deductivos la conclusión no nos ofrece información nueva y por consiguiente sus conclusiones son necesarias. Por otra parte, en los argumentos inductivos la conclusión nos ofrece información nueva no incluida en las premisas, y por ello su conclusión es probable.
¿Cuál es esa información nueva? La que se refiere a los casos no observados. Pero ¡ojo! de estos casos suponemos que poseen también la propiedad que tienen los casos observados. Luego generalizamos las propiedades observadas en todos los miembros de esa clase, los observados y los no observados.
De manera que la información no incluida en las premisas nos obliga a anteponer la palabra “probablemente” a nuestra conclusión, pues es posible que, al repasar los casos no incluidos en las premisas, estos no cumplan con la propiedad atribuida y entonces la conclusión no sea verdadera; por eso solo presumimos que la conclusión es probable y no necesaria.
Veamos un ejemplo:
1) Juan es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
2) Óscar es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
3) Silvia es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
4) Diana es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
5) Tomás es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
6) n… ∴ Probablemente todos los recién nacidos lloran cuando tiene hambre.
La estructura del argumento inductivo es la siguiente:
a) El individuo A pertenece a la clase X y tiene la propiedad P.
b) El individuo B pertenece a la clase X y tiene la propiedad P.
c) El individuo C pertenece a la clase X y tiene la propiedad P.
d) n… ∴ Probablemente todos los individuos que pertenecen a la clase X tienen la propiedad P.
Llegados aquí contesten. ¿La nave a la que le quitaban maderas viejas y le ponían otras nuevas, es la misma o es otra distinta?
Les voy a dar una pista.
¿La acción cambia la estructura de la nave o el esqueleto?
¡Que ustedes lo piensen bien!