La contaminación acústica es la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea la fuente o emisor acústico que los origine, que implique molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que cause efectos significativos sobre el medio ambiente. El ruido es un caso particular de sonido, en este caso no deseado, molesto o dañino.
El ruido puede provocar efectos auditivos (sordera, acúfenos…) cuando es de gran intensidad y daña nuestro oído. Pero la exposición a niveles más bajos durante tiempos prolongados, puede provocar numerosos efectos no auditivos como estrés, ansiedad, alternaciones del sueño, reducción del rendimiento académico, efectos cardiovasculares, respiratorios, metabólicos (diabetes, obesidad), bajo peso al nacer, prematuridad y mortalidad infantil y reagudizaciones de enfermedades neurológicas degenerativas. 1 de cada 5 personas en Europa están expuestas a ruido de tráfico superior a lo que marca la Organización Mundial de la Salud. El ruido ambiental causa 72.000 hospitalizaciones anuales y 16.600 muertes prematuras en Europa al año.
En La Entrevista de hoy nuestra reportera Eva Gálvez conversa sobre este asunto con Erik Möller, abogado.