Vecinos de la urbanización El Real han denunciado la permisividad con la que, según ellos, el Ayuntamiento trata, desde 2018, a la discoteca Opium, en la que hace una semana se registró un tiroteo que causó cinco heridos y supuso tres detenciones.
Los residentes aseguran que el local ha venido desarrollando la actividad de discoteca a pesar de tener una licencia de restaurante sin música y para ocho personas, con los problemas de ruido que supone para unos cien vecinos de la urbanización, especialmente en horario nocturno.
A todo ello se suman los atascos de tráfico que se producen en la zona en los días en los que el establecimiento abre al público, las dificultades para aparcar, casos de peleas, sonidos que exceden el límite de decibelios permitidos o las luces que llegan a las dependencias interiores de las viviendas.
“Son varios problemas que conllevan inseguridad, como los botellones o los aparcamientos en zonas que dificulta el paso de los autobuses. Esas cuestiones están denunciadas y el Ayuntamiento las obvia”, ha señalado Santiago Montero, uno de los vecinos afectados por la actividad del establecimiento.
Montero ha asegurado que el Consistorio quiere “enmascarar” la actividad de la discoteca del local tras diferentes denuncias de los vecinos con una licencia para gestionar un auditorio otorgada por el Ayuntamiento hace unas dos semanas. “No hay un auditorio como tal. Lo que hay es una discoteca. Y, además, lo han autorizado para 2.500 personas. Si antes había problemas de tráfico, ahora se van a multiplicar”, ha apuntado Montero, que, desde 2019, ha presentado 70 denuncias por lo que entiende que son excesos de Opium.
Salvador Campos, otro vecino de la urbanización, ha indicado que el local incumple de forma sistemática desde hace años las autorizaciones y ha acusado al concejal de Industria, Félix Romero, de ser el responsable de los excesos al desatender las denuncias que presentan los residentes.
“Los vecinos continuamente y en especial en verano denuncian la actividad de Opium, sobre todo el ruido. Pero Industria, además de poner alguna multa simbólica, no hace ninguna actividad de inspección y permite que el local siga funcionando con molestias para los vecinos. La Policía Local ha acreditado que el limitador de sonido emitía 85 decibelios al aire libre, cuando el máximo son 45 en horario nocturno en zonas residenciales”, ha agregado.
“Estamos afectados por este problema”, señala otra vecina, Bárbara Montero, que lleva 30 años residiendo en la zona.
Reapertura
La discoteca ha reabierto tras anunciar que cuenta con medidas de seguridad “reforzadas”. A través de un comunicado difundido por las redes sociales, la discoteca Opium ha anunciado que reanuda “la actividad con las reforzadas medidas de seguridad que impedirán que un suceso como el ocurrido pueda volver a producirse”.
El establecimiento ha destacado que la “implicación y profesionalidad” de sus 200 empleados le permiten retomar la actividad.
Romero ha señalado que el local “tiene una licencia en vigor y pleno derecho de abrir sus puertas en cualquier momento”. A preguntas de los periodistas, el edil ha indicado que “cuando sucedió lo que sucedió, el Ayuntamiento se puso en contacto con ellos y tuvieron a bien establecer un cierre de las instalaciones hasta que acomodasen perfectamente los protocolos de seguridad”.
