El bosque de las palabras

A menudo, cuando entramos en una fase de embotamiento de la cabeza, cuando se nos agolpan las ideas, cuando no podemos darle salida a nuestros pensamientos, o ahí arriba se nos nubla todo y nos da la sensación de agobio, nos rompemos.
En esta fase de mi vida en la que ahora me encuentro necesito una atención especial que me ayude a colocar las piezas del ajedrez en su lugar para poder ir despejando mi azotea y que todo vuelva a tener sentido, por consiguiente, por esta atención especial recibo consejos y pautas que hacen posible mis avances.
Es el caso que en una de estas terapias le planteo al doctor aquello de: “bueno quizás poner la mente en blanco me ayude, aunque no sé cómo porque yo nunca puedo poner la mente en blanco”, a lo que el doctor me contesta muy serio:
.- El ser humano no piensa en la nada. La nada es la ausencia de algo.
Y claro estas palabras rompieron en mí un tópico muy común entre las personas pensantes que aunque yo nunca pude, otros al parecer sí lo hacían.
Se ve que no. Los humanos no podemos decirnos a nosotros mismos voy a poner la mente en blanco para no pensar. Los humanos siempre estamos pensando y a lo máximo que podemos aspirar es a trasladar nuestro pensamiento, ese que nos confunde, nos agobia, nos embota, y cambiarlo por otro que nos sea más propicio para dormir o para continuar nuestra rutina.
Cuando queremos dormir y una idea o pensamiento no nos deja bajar las pulsaciones nos ponemos a contar ovejitas, o al menos eso es lo que siempre nos han dicho. Esto es distraer nuestra mente, procuramos la ausencia de algo para obtener la presencia de otro algo que nos tranquilice y nos ayude.
Puede ocurrir que terminemos de contar el rebaño y no hayamos conciliado el sueño, pues volvemos a la nada, es decir a la ausencia de las ovejas y a la presencia de otra idea más reconfortante hasta que Morfeo, figura clásica identificada con el sueño, aparezca, y ya sí, ya no pertenecemos a este mundo.
Es pues comprensible que como el ser humano no piensa en la nada y la nada es la ausencia de algo, necesitemos la ayuda de profesionales que nos hagan darle sentido a nuestros vacíos mentales y a nuestros pensamientos recurrentes, mortíferos y embotadores que nos ponen la olla a presión y a punto de reventar.
Pero este es el mensaje, un mensaje de tranquilidad personal. No se preocupen porque ustedes sean de los que mucho piensan, o piensan mucho, el humano siempre pensará en algo porque su mente no puede estar vacía, nuestra naturaleza es esa. Solo tienen que ordenar esos pensamientos para que la vida les sea más fácil, o que alguien les ayude a ordenarlos.