El bosque de las palabras

Escribe Miguel Tapia Millán que: “Talasa es el mar, la que da la vida y la que la quita.”
Debe ser verdad que el mar, la mar, es eso. Para alguien como yo que cree en la tierra sobre todas las cosas, el mar es incomprensible, por grande, por enigmático y porque tiene la cruel virtud de ahogarme.
“Cambiante y eterna,
profunda y somera.
Todo comienza y termina en ti.
Toda la vida del cielo
cabe en tus aguas oscuras.”
Y Miguel Tapia con todo el poder de seducción de su palabra, de su verbo y del aliento de su verso, me lo hace comprender:
“Los hombres te adoran
y te atacan,
te rezan y te insultan.
Y tú te dejas.
Guardiana de la memoria
de la tierra, de los hombres
y su Historia.”
Historia escrita con mayúscula porque es la historia de los hombres de la tierra.
Que yo sepa Miguel Tapia Millán, (Millán por su madre), ha publicado tres poemarios: Talasa, Hijos de Afrodita y Cronos Miente, y en realidad, me doy cuenta que Talasa son los tres, que los tres son el mar pues el mar en su pura esencia pertenece a Miguel como pertenece a todas aquellas almas que purgan en su inmensidad las lágrimas derramadas.
“Talasa, océano,
me deshaces y me construyes,
me alzas y me hundes
con misericordia infinita.”
Así dice/escribe, en la Talasa de su segundo poemario donde toda la mitología griega, que nace puramente del mar, orbita sobre este poeta de enigmática mirada y delicada estructura ósea, como sin duda lo es también su delicada estructura poética.
“Mi corazón sangra herido
por siete lápices afilados.”
Y con tinta de sangre construye las estrofas que el alma le dicta en haces de versos que a borbotones le piden vida.
“Perdóname si me retiro
a un agujero a sangrar
páginas para otro libro.”
Ese otro libro fue, sin duda: Cronos Miente. Aquí el tiempo y el agua fluyen. La emoción y la angustia. La eterna duda del tiempo y el espacio evocan el mar, (otra vez Talasa), y en los rincones de su corazón:
“Habitar entre sístole y diástole,
en ese estado preciso
en que todo queda en suspenso,
orillas intermitentes del tiempo,
porque es ahí, porque es entonces,
en esos momentos y esos sitios
donde sucede lo extraordinario.”
Porque lo extraordinario frente a la inmensidad del mar y del tiempo no es más que una gota.
“Gota, gota, gota,
…
El tiempo es un suero
que se desliza
gota, gota, gota,
desde la bolsa hasta las venas.”
Y es cuando comprendemos que ante la inmensidad del tiempo, del mar, del agua, del espacio:
“La vida pende de una aguja
Y gotea
gota, gota, gota,
mientras se arruga otra bolsa.”
Talasa.
Hijos de Afrodita.
Cronos Miente.
Tres poemarios de Miguel Tapia Millán publicados por Algorfa entre 2019 y 2022.
