El bosque de las palabras
Hace unos días cuando el poeta Javier Lostalé nos visitó en el Museo Jorge Rando me surgió el interés, por causa de un comentario del poeta, sobre la diferencia existente entre lo que es escribir un poema en prosa o escribir prosa poética.
Sostengo que escribir poesía es un oficio que tiene unas reglas que se atienen a la métrica y a la rima, o incluso, siguiendo al poeta José María Lopera, escribir verso blanco que no necesariamente tiene que estar sujeto a los criterios anteriores pero que sí debe tener un ritmo pues la poesía por definición entra dentro del ámbito de la lírica.
Si definimos por tanto la diferencia entre poema en prosa y prosa poética, estaremos dando solución a tanto y tanto escritor que no ateniéndose a reglas poéticas, si ponen el corazón y el alma en sus escritos y desde luego estos pueden tener su encuadre en uno de estos estilos… y todos tan contentos, los ortodoxos y los heterodoxos de la lírica.
Debemos entender que cuando escribimos un poema, estamos contando una historia, y cuando escribimos un relato podemos introducir en él imágenes poéticas.
Partiendo, pues, de esa premisa debemos establecer que el POEMA EN PROSA, no es un relato ni es un poema en la forma como todos entendemos los poemas. Tampoco es verso libre o verso blanco, pero si nace de la prosa poética.
En el poema en prosa lo narrado forma parte de lo poético y solo se diferencia del poema en verso en su estructura.
Digamos que en los versos la estética se conceptualiza y en el poema en prosa la estética se expande.
Por otro lado la PROSA POÉTICA, es prosa.
La utilizan los narradores como recurso o como estilo, pero no es un poema.
El objeto de la prosa poética es la narración pero utilizando un lenguaje poético con ritmo, para que el lector capte la forma del mensaje revestido de lirismo, de belleza.
Veamos un ejemplo de prosa poética. Un fragmento de “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez:
“Tú, Platero, estás solamente en el pasado. Pero, ¿qué más te da el pasado a ti que vives en lo eterno, que, como yo aquí, tienes en tu mano, grana como el corazón de Dios perenne, el sol de cada aurora?”.
Y ahora como ejemplo de lo que es un poema en prosa les dejo con Javier Lostalé que lee: La Ciega, un poema que por cierto tiene su inspiración en Marbella.
Gracias.