El bosque de las palabras

En la dedicatoria del libro que ustedes se disponen a leer, su autora, María Angustias Moreno Barrios afirma que “el silencio se alarga como la sombra eterna” y por esa convicción, que para nuestra autora es angustia, escribe estos relatos y ciertas revelaciones que, como en el Apocalipsis, nos estremecen.
Pero María Angustias está convencida de que “En estas páginas, solo encontraras una única verdad, historias completas, en pequeños renglones de ficción o realidad. Y solo tú, sabrás interpretarlas de la forma más concreta y correcta posible.” Pues en realidad ese es el oficio del lector en contraposición con el de escritor que, “Desesperadamente busca las letras adecuadas para escribir un poema.” A sabiendas de que, “Su vida fue siempre una metáfora.” Pero ya se sabe que esa es la alegoría más exacta del poeta.
Desde que esta gestora cultural, poeta y amiga, entró en mi vida, conozco la suya. No esa superflua que conocemos de casi todas las personas, o esa otra que sabemos por ciertas historias que permiten “condena” a las atribuladas almas. No. Conozco su vida, la vida, que desde su literatura nos proyecta a través de sus personajes que preferentemente son mujeres a quienes les debe la esencia misma de su obra y de esta en particular, pues llámense: Marian, Carol, Violeta o Herminia, entre otros nombres de mujer, saben que “El purpura cambió el color de los nenúfares.” Y son conscientes del miedo que les producen “esas verdades que se ocultan detrás de las mentiras”.
¡Claro que este libro va de vidas, almas, deseos, pensamientos, ansiedades! De todo eso que nos recuerda que “la libertad tiene un precio… y las tecnologías nos aíslan.”
¡Claro que este compendio de historias en forma de relatos, de dogmas filosóficos y escalofríos nos habla de las oquedades de la mujer! Y del hombre añadiría, (aunque su presencia sea mínima), solo para servir de nexo de infelicidades y algún momento, generalmente incompleto, de felicidad.
Como los nombres de mujer, las ciudades: Granada, París, Málaga; “tejen el tiempo” de estos relatos, que generalmente suceden en otoño, en las madrugadas o en las tardes, porque en las noches, en las noches ocurren los sueños y estos “solo viven cuando duermes”
Como piensa María Angustias, yo también pienso en la “ingratitud”. En la ingratitud de un mundo que nos arrebata las vidas que vivimos y nos confirma que “ni en todos los tejados sus habitantes son felinos”, por eso la autora con acertado criterio nos expone a la noche de los tiempos en cuya “nocturna sombra aún bambolea el bolso”, y entonces, una pregunta:
¿Cuándo permitimos la prostitución del alma?
Y una afirmación que la autora enfatiza y que yo también la convierto en pregunta:
¿La felicidad mía, depende de la felicidad del mundo?
Y ahora volvamos al principio, leamos los relatos y micro relatos que María Angustias Moreno Barrios nos presenta aquí, hagamos pues nuestro oficio de lectores porque, “En estas páginas, solo encontraremos una única verdad, historias completas, en pequeños renglones de ficción o realidad… solo tú, sabrás interpretarlas de la forma más concreta y correcta posible.”
¡Pasen, lean y emociónense!
TRÁNSITO
María Angustias Moreno Barrios
