El bosque de las palabras

Hace unos días paseando por la ciudad me llamó la atención una pancarta colgada en el balcón de una terraza en la que ponía: ALCALDESA, ¿DÓNDE APARCAMOS? S.O.S. La pancarta estaba en un edificio junto a la oficina de empleo.
El caos circulatorio en Marbella es una evidencia. Los ciudadanos que utilizamos el coche, a veces y siempre en las horas punta, hemos de cogerlo con una tila tomada porque la aventura de la conducción en las localidades de nuestro termino municipal, en los barrios y urbanizaciones y no digamos en el núcleo poblacional, es insufrible. Y si por un casual llegamos a nuestro destino a tiempo de hacer la gestión pertinente nos encontraremos con otro problema añadido que ya nos meterá directamente en la desesperación: Aparcar nuestro automóvil. Por eso es recomendable añadir tiempo a nuestro tiempo para perderlo buscando parking en la calle.
Si no queremos pagar el parking será tarea imposible puesto que ya quedan muy pocas zonas libres en nuestras calles, y si queremos pagar la zona azul también tendremos problemas para estacionar porque la inmensa cantidad de vehículos en nuestra ciudad es rayana en la masificación. Según mis datos la densidad de vehículos en Marbella es la más alta de la provincia y estará en torno a los ciento sesenta mil vehículos.
Se podría pensar que si utilizamos el autobús que los ciudadanos empadronados tenemos gratis, podríamos llegar a nuestro destino a tiempo y sin ningún estrés, y sí, es una buena solución. La mejor diría yo. Solo que la frecuencia de los autobuses no es fluida, y los tiempos de espera a veces son interminables porque ellos también forman parte del caos circulatorio, y a veces los encontramos súper llenos, en horas punta, claro, con lo que las condiciones de insalubridad y contagio son presumibles.
La otra opción es llegar andando a nuestro destino, cosa que no se garantiza porque los peligros en esta jungla de asfalto son múltiples. En general no se respetan los pasos de cebra. En ciertas zonas los semáforos están de adorno y la velocidad con la que pasan a nuestro lado es de vértigo dejando una estela de contaminación insoportable. En realidad los conductores son incivilizados y no piensan en los caminantes.
Comprendo perfectamente el reclamo de la pancarta pidiendo a la alcaldesa aparcamientos y lo comprendo porque el caos circulatorio es desesperante y porque es necesario una ordenación inminente del tráfico.
Los ciudadanos tenemos derecho a elegir con tranquilidad y satisfacción nuestro medio de transporte y nuestros políticos tienen la obligación de facilitarnos las mejoras necesarias en el municipio para que esto sea posible, y si decidimos ir a pie la administración local debe darnos la seguridad de que podamos volver sanos y salvos a nuestra casa, sin ser atropellados y sin llenar nuestros pulmones de contaminación.
Pagamos nuestros caros impuestos para que nuestros vehículos circulen en la ciudad, luego tenemos derecho a reclamar y a ser atendidos en nuestra reclamación. La recaudación de este impuesto aproximadamente está en más de doce millones de euros una cifra nada despreciable para que se invierta en los sufridos contribuyentes conductores.
Recientemente he sabido que nuestros administradores de la corporación saliente han creado dos mil plazas de aparcamiento y que los entrantes, es decir el mismo partido político, tienen previsto crear otras tres mil, ochocientas de ellas en el barrio donde he visto la pancarta, y como en el aparcamiento de la calle Doha, unos serán en propiedad y otros se utilizarán en el sistema de rotación. Opción que no creo satisfaga al ciudadano o ciudadana de la pancarta ya que este barrio de Miraflores es el de más densidad de población.
Contamos en Marbella además con distintos parking públicos que cuestan una pasta gansa por una hora.
El ayuntamiento se preocupa aparentemente por el parqueo de los coches pero al ciudadano no le satisfacen sus decisiones. En Marbella el espacio para aparcar es un lujo y los lujos ya se saben que hay que pagarlos.
Seriamente, nuestros administradores recién votados por la ciudadanía deberían plantearse que igual que los autobuses urbanos son gratis, también deberían darnos plazas de garaje y parking gratis. Doce millones de euros bien merecen esa compensación a la ciudadanía que está empadronada en Marbella.
