El Ayuntamiento baldeará los espacios públicos y regará las zonas verdes del municipio menos veces por semana y con menos agua para tratar de hacer frente al ahorro del diez por ciento que exige la Junta de Andalucía ante la situación de tensión hídrica que atraviesa la región.
La frecuencia de baldeo se reducirá de cinco a tres días por semana y los operarios utilizarán agua no apta para el consumo humano, que se extraerá de pozos que hasta ahora estaban en desuso.
La frecuencia del riego de jardines y zonas verdes del municipio también disminuirá a “dos o tres días” a la semana en función de las características de la flora, según ha señalado la alcaldesa, Ángeles Muñoz.
El Ayuntamiento confía así en lograr un ahorro del 20 por ciento en el gasto que hacen dos de los servicios públicos que más agua requieren, aunque el recorte podría aumentar hasta el 50 por ciento. Además, también pondrá en marcha una campaña de sensibilización y concienciación dirigida a los vecinos.
Los flujos de agua que el Ayuntamiento mantendrá serán el de las duchas ubicadas en las playas del municipio y el de las fuentes de agua potable, al entender que su consumo es mínimo.
Las mejoras y avances introducidos por Hidralia y Acosol en los últimos años han permitido al Consistorio ahorrar en el último ejercicio 850.000 metros cúbicos.
«Llevamos años apostando por las obras en nuestra ciudad para renovar las redes y por la digitalización para reducir las fugas y pérdidas de agua, un esfuerzo que está dando sus resultados y que nos ha posibilitado ahorrar ya la mitad de lo que nos requiere la Junta de Andalucía», ha manifestado la regidora.
«La campaña de concienciación y las medidas en torno al baldeo y los riegos nos permitirán superar el 10 por ciento que nos marca el Gobierno autonómico», ha precisado.
En relación a la campaña de sensibilización, «será una acción global en la que también se pedirá, al igual que lo hacemos desde el ámbito público, un esfuerzo a urbanizaciones y comunidades de propietarios», ha apuntado Muñoz, quien ha detallado, en este sentido, la importancia de la medida, «teniendo en cuenta que el consumo en el sector público está en un seis por ciento del total», correspondiendo el resto al ámbito privado.
En cuanto al baldeo y los riegos de zonas verdes públicas, se reducirá tanto el consumo como la frecuencia. En el primero de los casos, al principio será de un 20 por ciento, pero en fases posteriores podría alcanzar un 50 por ciento.
Además, se utilizarán pozos de agua no potable para estos trabajos y maquinaria especial, que redirigirá esas actuaciones para que con menos recursos se abarque más espacio.
“Hay medidas que no vamos a adoptar porque entendemos que proporcionalmente no tienen mucho impacto como las restricciones en las duchas de playas y las fuentes para beber», ha apuntado la alcaldesa.
