El bosque de las palabras
Por Rafael Álvarez Ortego que cuelga en Facebook la noticia, me entero de la muerte de El Percha. Entonces me invade la nostalgia.
Hace 41 años que conozco a Miguel Villalobos y me siento desafortunado porque los nativos de este pueblo lo conocen desde siempre.
Lo encontré un día que andaba buscando piso para sentar mis reales en esta ciudad a la que tanta debo y lo vi subido en su toro – bicicleta, vestido con un terno de luces ajado en su seda pero brillante en su oro, y me impactó.
Yo, ignorante y pueblerino, no sabía que en una ciudad de renombre también existieran quijotes.
Después me dediqué a eso de la crítica taurina y confirmé, sin temor a equivocarme, que El Percha fue, después de El Cordobés, el único torero que llenó la plaza de toros de Marbella, y fue sacado a hombros por la puerta grande cuantas veces toreó en su ruedo, generando una expectación total.
¡Genio y figura! Porque solo los genios alcanzan la hidalguía que tuvo El Percha, y solo las figuras son capaces de crear una escuela de filosofía como Miguel Villalobos creó: la exacta y pragmática filosofía de su vida, que bien mirada y estudiada, no es más que la filosofía humana que jamás los otros hombres tendremos, porque nunca entenderemos como Miguel, la libertad del ser humano.
De la multitud de condolencias que se pueden encontrar en Facebook Rosa María López Castellano lo ha calificado como de MITO. Y sí Rosa María, estoy contigo. El percha es un MITO de Marbella pues guarda en esencia todas las atribuciones del mito:
Es un personaje UNIVERSAL, pues también a causa de la expansión turística era conocido en el mundo. Además su universo creativo fue impactante, (una bicicleta con manillar de cuernos), dando explicación al origen de algunas cosas, (el miedo solo pertenece al cuerpo).
Es un personaje PEDAGÓGICO. Sus explicaciones sobre lo que acontece en la realidad no son indiferentes a nadie y aunque pudieran en primera instancia provocar sonrisa, luego queda el poso de la certeza.
Su personalidad es SOBRENATURAL, trasciende a la de los demás mortales y explica de una manera sencilla la levedad del ser humano. (Nada soy, nada seré, pero aquí estoy).
Su forma de vida y su pensamiento es conocido, se trasmite de unos a otros, década a década, de forma oral, en imágenes y MAGNIFICANDO su significado.
Se valora, no por todos, su moral, y se hacen referencias a sus sentencias pronunciadas en su nombre lo que lo entroniza en la cultura del pueblo. (El rico es rico y solo tiene dinero).
Algunos de los adjetivos que se han dicho de él:
Grande. Maestro. Uno de los nuestros. Gran hombre. Artista. Icono marbellí. Personaje colorido. Incombustible…
La banda local roquera «El Boquerón Underground», le tributó un homenaje en vida, dedicándole uno de sus temas:”Maestro”.
Seguro que habrá personas (hay gente pa to) que cuanto menos se sonreirán maliciosamente de toda esta “importancia” que se le está dando a un “tipo tan vulgar”. Esas personas, seguramente, no se identifican con la naturaleza de un pueblo nacido de la nada, pero que ha llegado tan alto precisamente a causa de las gentes del pueblo, y Miguel Villalobos “El Percha” era del pueblo porque para nosotros “el pueblo”, Miguel era una referencia de libertad y anarquía que estuvo por encima de esa otra “jet set” que merodeaba por Marbella, porque Él paseaba su hidalguía por las calles de una ciudad a la que enalteció con su personalidad y su sonrisa.
Por si acaso algunos no entienden lo que digo, pregúntense:
¿Cómo paseamos nosotros por Marbella?
En la respuesta tendrán la explicación de por qué Miguel era diferente.