Roberto J. Martín, poeta y gestor cultural malagueño me presentó un día a mi admirado poeta José María Lopera y me propuso escribir la biografía de tan insigne polifacético y hombre de letras malagueño, que aunque nacido en la provincia de Jaén vivió hasta su muerte, implicado con la sociedad y cultura en el malagueño pueblo de Álora. Acepté y aceptó José María y a partir de ahí grabamos bastantes conversaciones que dieron lugar al libro que hoy les presento y que titulé como uno de los versos de un soneto de su autoría que considero resumen de su propia vida:
VENCEDOR LLAMO AL HOMBRE QUE HE VIVIDO.
Dice así el soneto:
“Vencedor llamo al hombre que he vivido.
Cubierto voy de heridas suplicantes
abiertas en renuncias vergonzantes
que tengo que sufrir sin un quejido.
Soy uno más entre los mendigantes
a quien le dieron nombre y apellido.
Sueño la plenitud que no he vivido
porque siempre quedé en cuartos menguantes.
Por hombre verdadero voy ceñido
a vivir con latidos dadivantes,
volcado en corazón más que en sentido.
Qué más puedo tener si los desplantes
que impulsan la nobleza de mi sino
cuando carbón parecen, son diamantes.”
El trabajo lo comencé en octubre de 2018 y lo finalicé en diciembre de 2021, dos meses antes de su muerte. Luego su hija María del Mar Lopera y su esposo Jesús Pineda Matamala decidieron patrocinar el trabajo y publicarlo junto a la Editorial Granada Club Selección en el verano del año 2022.
Puedo asegurarles que el tiempo que conocí a José María, que trabajé junto a él, escuchándolo y sintiendo su trabajo y su poesía, fue un tiempo grato para mí y enriquecedor para mi ejercicio de escritor y poeta.
La biografía de José María Lopera está novelada en su mayor parte, sobre todo en los capítulos que por su edad las lagunas históricas se acentuaban. Pero sobre todo es una biografía al dictado de su propia voz recogida en 27 grabaciones transcritas con fidelidad a lo contado y al propio acto literario que conlleva pasar su diálogo a la forma literaria.
En el trabajo se incluyen varios estilos literarios como consecuencia de la adaptabilidad de lo recogido en las grabaciones. Lo novelado en lo referente a su tiempo pasado en el cerro del Cabezo. El epistolar para poner en contexto histórico su contexto de vivencias. El periodístico como forma expresiva del diálogo entre él y yo… y en fin, todo recurso literario que pudiera ennoblecer el espíritu de la vida intensa de José María Lopera.
Su infancia, sus padres, sus hermanos, sus abuelos en las tierras de Jaén. La Guerra Civil en el cerro de La Virgen de la Cabeza, su padre fue guardia civil a las órdenes del capitán Cortés. La posguerra. África, León, Carratraca, Álora y su mundo cultural, arqueológico, porque José María fue un reputado arqueólogo, y literato, además de flamencólogo.
Con esta parte de su vida literaria quiero terminar el Bosque de las Palabras de hoy, leyéndoles algunos párrafos del:
Capítulo 55. La poesía del flamenco.
Cuando José María habla de flamenco la cara se le ilumina. Le aparece una sonrisa amplia en el semblante y sus ojos, llenos de lágrimas, tapan el cabalgante glaucoma que ya le impide ver, pero no mirar, en las esencias de lo conocido.
Me habla y me habla sin parar, como enseñándome todo aquello que aprendió en tantos años de estudio, como queriendo transmitirme toda la magia y la ciencia que encierra este magnánimo arte.
“Quienes me leen y me estudian, lo digo con la máxima humildad, hablan de mi poesía lírica y mi poesía popular. Yo no diferencio eso porque lo más difícil en poesía es escribir una Seguiriya flamenca.
Las letras del flamenco tienen métrica. Por ejemplo, la Seguiriya: primer verso hexasílabo, segundo igual, tercero decasílabo, endecasílabo o dodecasílabo, cuarto hexasílabo. Con el endecasílabo suena de maravilla.
En realidad, lo importante del flamenco es la poesía. La música, es un decir, se le puede poner la que sea.
En un verde prado
tendí mi pañuelo
nacieron tres rosas
como tres luceros.
Es una Alboreá. El prototipo de la Alboreá es una composición de cuatro versos octosílabos. Pero concretamente, esta es de cuatro versos hexasílabos. Es muy antigua y te digo que a nadie se le ocurre escribirla en hexasílabos a no ser que fuera un poeta muy culto, que conociera muy bien la métrica.
La Soleá es, para mí, la madre del cante. ¡Qué difícil es! tres versos, ¡pero qué bonita! Tiene un contenido filosófico. Los versos cortos. Son versos y es poesía, muy difícil. La gente la infravalora porque es corta y aquí, el pensamiento de lo bueno si breve dos veces bueno, es válido.
Hemos nacío al revés
tú con el agua en los labios
y yo sin poder beber.
¡Amigo! hay ahí una obra completa, un drama completo, como si fuera una obra de teatro de dos horas. ¡Cuánta historia hay en esos tres versos!
VENCEDOR LLAMO AL HOBRE QUE HE VIVIDO.
Biografía del poeta José María Lopera
De Agustín Hervás Cobo.
Editorial Granada Club Selección 2022.
