El idilio entre los políticos y las rotondas en España no deja de llamar la atención y generar controversia. En Marbella trabajan estos días en la remodelación de la que une Cánovas del Castillo y Trapiche, esto es, entre Miraflores y la circunvalación, bajo la justificación de que hay que colocar riego e iluminación “eficientes” y dar la bienvenida a los visitantes, por un importe cercano a los 100.000 euros.
Se da la circunstancia de que la rotonda en cuestión ya costó más de un millón de euros y fue inaugurada en 2009. Ahora, apenas doce años después, en el Ayuntamiento han considerado “necesario”, “prioritario”, “conveniente” o “bonito”, a saber…, llevar a cabo esta remodelación, cifrada, inicialmente, en 103.000 euros, aunque al final la empresa escogida la hará por 88.000.
Según describe la Memoria de Justificación de la obra, esta es necesaria para reducir, “costes de mantenimiento”, ya que el nuevo sistema de riego y la iluminación son más “eficientes” y la pendiente del 10 por ciento que tiene la estructura ha de ser corregida para la instalación de estos elementos, acompañados de vegetación. Y, además, van a instalar un mensaje de bienvenida a los visitantes, dicen.
Entre 2018 y 2019, el Ejecutivo de Ángeles Muñoz completó su homenaje a los tres cuerpos de las fuerzas del orden: Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil, cada uno con su rotonda.
¿Necesidad u oportunidad?, ¿Padece este Gobierno local de “rotondismo”, esa otra pandemia que lleva afectando a este país desde hace décadas? Los vecinos, al observar este tipo de actuaciones, tan vinculadas al ornato superficial, pueden, y suelen hacerlo, plantearse si no hay obras más necesarias y urgentes.
A nadie escapa que uno de los reproches más frecuentes en las refriegas políticas del municipio, si no el que más, lo constituye, precisamente, la inclinación al boato y la propaganda que la oposición le achaca a Muñoz y los suyos, a menudo vinculada a derroches innecesarios. Aún resuenan los ecos de la extraña remodelación de la Plaza de Los Naranjos, a la que el Gobierno del PP dio la vuelta, apenas dos años después de la remodelación, con nuevo empedrado, llevada a cabo por sus antecesores socialistas. O los abultados gastos en jardinería urbana, siempre bajo el foco.
Al final, «por sus rotondas los conoceréis» y habrá de ser a ciudadanía la que evalúe si el dinero de todos y todas se está gastando donde se debe gastar.
