El bosque de las palabras

Tomo prestada de Mari Callealta la idea que titula este artículo pues en el poemario de Héctor Cacho, AMAR ES EL ARTE, ella escribe con absoluta certeza las bases que lo fundamentan:
“… alquimia del verbo amar…
… densidad palpable de pulsaciones en sus versos…
… técnica expresiva…
… comunicación estética…”
Estas son algunas de las ideas que a Mari le sugiere este poemario y por extensión el conocimiento que de la obra del autor tiene nuestra amiga poeta.
Le escuché decir al autor, en la presentación del pequeño libro de poemas, que “desde nuestras miserias se puede crear… desde mi poquedad…” y desde esa poquedad, (palabra sublime casi desaparecida en el español de este hemisferio), Héctor hilvana versos nacidos desde la mismísima alma y expresados con una técnica paciente y eficaz: el poeta debe incorporar a su ser las imágenes percibidas, y esperar a que esto sea, antes de escribir poesía. Es así como el poeta peruano Héctor Cacho trasciende al amor convencido de que no solo el amor es un arte, sino que amar en sí y por sí es el arte.
Lo que Ovidio y Erich Fromm compusieron alrededor del verbo más importante en la humanidad queda manifiestamente complementado por la idea de Héctor que aquí se convierte en pura teoría silogística.
Enunciado: el arte contiene la acción de amar.
Enunciado: la acción de amar es una expresión artística.
Ergo, el arte y el amor se complementan.
Más el poeta “del Pacífico Sur” aún imbuido de su poquedad no parece establecerse en la melancolía del enamorado para sobrevivir a la hecatombe del amor no correspondido; al contrario, por esa mágica incorporación de imágenes, asume que las derrotas amatorias son intrínsecas al que ama: “somos el amor que se hace como la última voluntad cumplida” o como afirma en el poema Mortecino Amor: … “En mi pluma reposa el amor muriéndose de cansancio”
Titulo: AMAR ES EL ARTE
Autor: Héctor Cacho
Editorial: Cacho Editores, año 2020
