Desde la cordura de mi locura

Quien no tiene a día de hoy cuenta en alguna de las decenas de redes sociales que nos rodean. Incluso aquellos que no están tan familiarizados porque simplemente no han crecido con ello, hacen sus pinitos y su debut con cuentas en Facebook o Instagram.
Estamos ya en un punto donde tener presencia en las redes sociales se ha normalizado e incluso podemos llegar a sorprendernos cuando alguien nos dice que no cuenta con presencia online.
Las hay para todos los gustos: amantes de la fotografía, creadores de video, gente que le gusta el baile o simplemente profesionales que quieren estar conectados con el mundo empresarial.
Todas y cada una de estas plataformas obviamente tienen sus pros y sus contras. Personalmente creo que todas son un arma de doble filo y que si no se le da un uso adecuado pueden convertirse en un verdadero problema.
Las redes pueden aportar muchas cosas tanto a nivel personal como a tu negocio. Son una gran fuente de información, entretenimiento y de comunicación. Son incluso una plataforma para crear nuestra marca personal y así tener la oportunidad de acceder a oportunidades laborales que antes igual no encontrábamos. Y también estar conectados con otros profesionales.
Además bien utilizadas son incluso una fuente importante de aprendizaje. A nivel empresarial es una gran oportunidad para hacer un escaparate de visibilidad, para publicitarse, para tener atención al cliente mucho más directa o simplemente construir una reputación
Pero la cuestión es, ¿hacemos un uso correcto de las redes? Porque ese arma de doble filo que mencionaba anteriormente está constantemente ahí y está en nuestras manos el uso que queremos hacer de él.
Fácilmente podemos llegar aislarnos del mundo real que nos rodea y hacer de las redes nuestro centro, dejando a un lado lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Y esto incluso puede llevarnos a una adicción por un uso abusivo y descontrolado.
Otro punto a tener muy en cuenta es la línea fina que hay entre informarse e intoxicarse de información. Deberíamos gestionar la información que consumimos para que no exista una sobrecarga de contenido que nos haga perder el rumbo.
Sin duda hay un sin fin de ventajas y de desventajas, pero está claro como en todo en esta vida que es una cuestión de equilibrio. Poder beneficiarnos de lo positivo que ofrece y por supuesto intentar alejarnos de aquello negativo. Porque normalmente y la gran mayoría de las veces lo que realmente importa no esta detras de una pantalla y esto es algo que no podemos olvidar.