El bosque de las palabras

Les propongo hoy en el Bosque de las Palabras, el SONETO. Para mí es el SEÑOR DE LOS VERSOS.
Esta estructura poética la forman versos que suelen ser de 11 sílabas. En la actualidad se suelen rimar de diferentes maneras, incluso como los escribió Pablo Neruda, sin rima alguna. Se cree que el origen del SONETO está en la Edad Media aunque se desarrolló en Italia y después se extendió por el resto del mundo.
Sus temáticas son muy variadas pero con preferencia tratan del amor, del desamor, la soledad, naturaleza, la tristeza, mitología, el dolor y un etcétera muy amplio.
La expresividad del soneto, la rima, la musicalidad, lo hacen elegante y lo elevan a una categoría superior dentro de la poesía. En el hay belleza creadora que desarrolla fácilmente las temáticas elegidas haciéndolas más comprensibles y sencillas al lector.
Los sonetos por lo general tienen la siguiente estructura: cuatro estrofas de un total de 14 versos, divididos en dos cuartetos y dos tercetos, endecasílabos (de 11 sílabas). Si son de 14 sílabas se denominan Alejandrinos. El Soneto Ingles tiene 14 sílabas pero se reparte en tres cuartetos y se remata con un pareado. Los sonetillos tienen la misma estructura que el soneto pero construido en versos octosílabos. Y finalmente el soneto con estrambote al que se le añaden tres versos más.
Antes de pasar a leerles algunos sonetos les apunto esta curiosidad:
Petrarca fue un poeta italiano que dedicó todos sus sonetos a Laura. Lo curioso es que este poeta solo se encontró una vez con Laura y siguió escribiéndoselos ya casado y con hijos.
A Laura.
Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra, y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;
y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;
y nada aprieto y todo el mundo abrazo.
Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra, ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.
Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.
Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado.
Garcilaso de la Vega
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Francisco de Quevedo
Amor constante, más allá de la muerte.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
De Lope de Vega
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto; catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos acabando:
contad si son catorce y está hecho.
Y finalmente este otro de Lope de Vega
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso:
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso:
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño:
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor: quien lo probó lo sabe.